La adicción es aquella esclavitud que surge en el momento en que históricamente nos convencemos de que somos libres. El adicto al entregarse al objeto, o al sujeto, o a la actividad de su adicción, realiza compulsiva e inconscientemente un ritual de sacrificio, el único posible en la era de la ausencia de Dios. El adicto experimenta, mientras dura el subidón, aquel olvido de sí que posibilita la victoria sobre los límites asfixiantes de la existencia cotidiana. La necesidad ruge y se impone imbatible, el alma presta a la rendición ansia la hipnotizante seducción del no ser, del no-pensar, la conciencia navega en un viaje embriagador cuyo norte es el dejar de sufrir y cuyo destino solo se vislumbra en un más allá, más adelante, nunca más. Para el adicto el dilema no es entre el ser y no ser aunque así lo parezca, el dilema consiste en la abismal separación entre la verdad de si mismo y la ilusión con la que se intenta cubrir y olvidar, el vacío de la existencia.
Adicciones
- marzo 10, 2011
- ® Josep Maria Moreno
Subscríbete al Blog
Últimos artículos
Categorías
Etiquetas
Otros artículos
De la herida a la cicatriz
Los pacientes a menudo no asumen sus síntomas y comportamientos neuróticos, no los aceptan de forma activa y tampoco viven su trastorno como su propio

El discurso del Rey (The King’s speech)
Director: Tom Hooper (2010). Festival Toronto 2010, mejor película; Premio Mejor Actor de la Asociación de críticos de Los Angeles 2010; 6 Nominaciones a los Globos de

El Gran Sueño de Mercé
Josep María Moreno – ® 1999 El sueño que sigue es un magnífico ejemplo de lo que Jung denomina un Gran Sueño. Este tipo de



Migrantes y exiliados
La inmigración es uno de los fenómenos sociales más importantes de nuestro siglo y a pesar de las medidas coercitivas de los gobiernos resulta imparable


Límites de una vida
No es tan dificil aceptar los limites cuando se ve de cerca el abismo que nos espera, la insignificancia que nos constituye y la amarga
Objetividad del alma
traducción de E. Eskenazi, con la amable autorización del autor. Cuando en sus “Divergencias” James Hillman afirmó no estar seguro de saber cuál es el